lunes, 6 de febrero de 2017

La muerte del Sol - Lambayeque Sicán

Por: Arqueólogo Wilo Vargas Morales

¿NAYLAMP?
En el siglo XVII se iniciaron en el virreinato del Perú las campañas de extirpación de idolatrías con la intención de lograr un mayor avance en la empresa evangelizadora de las colonias hispanas. Durante estas cruzadas miles de personas fueron torturadas y condenadas. Gran cantidad de momias, parafernalia y representaciones andinas (llamados “ídolos” por los extirpadores) fueron destruidas e incineradas. En el año 1610 el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila fue nombrado el primer juez extirpador de idolatrías por el arzobispado de Lima, y para tener una idea de la magnitud de su obra, Ávila precisó que en sus primeros años de servicio destruyó más de 18,000 ídolos móviles y 2,000 ídolos fijos. Se debe destacar que no existió contemplación para cualquier pensamiento diferente al cristiano, todas las imágenes o representaciones de la naturaleza hecha por el hombre andino fueron consideradas ídolos o dioses satánicos, y por lo tanto, su destrucción estaba justificada. Definitivamente fueron tiempos en que la construcción del sistema eclesiástico colonial fue tortuoso.




Estos acontecimientos quedaron registrados en la historia del Perú, mas hoy  podría decirse que hay intenciones serias por analizar y estudiar al prodigio andino; sin embargo, aún falta superar la ligereza de seguir aumentando el panteón andino. Existe abundante literatura en la que se menciona al búho,  pulpo, cóndor, felino, lagarto, araña y otros animales como dioses,  es decir que a muchas imágenes de la naturaleza, representada por el hombre andino, se le etiquetó como un dios o deidad. Convencionalmente es aceptado que a una imagen prehispánica se le dé dicha categoría, pues el inconsciente colectivo está predispuesto a no refutarlo y esto sucede quizás como resultado de la herencia cultural de la época de extirpación de idolatrías. Esto merece preguntarse: ¿Será lo correcto?  ¿Existieron tantos dioses prehispánicos? Podemos responder categóricamente que es falso. No existieron tantos dioses como las miles de imágenes representadas en la iconografía andina. No debemos subestimar a las sociedades prehispánicas y etiquetarlas como grupos con sistemas de creencias tan básicas y de pensamientos totalmente politeístas.


El cuchillo de Illimo, más conocido como el “Tumi de Oro” de la cultura Lambayeque, todavía se le conoce como la representación de una deidad o a un dios de suma importancia, tan es así que para algunos investigadores este cuchillo representaría al personaje mítico de Naylamp, al dios del agua o al ave mítica prehispánica. Lo abundante en términos de representación clásica, estilizada en los ojos rasgados (alados y/o almendrados) como tema central en máscaras, pinturas murales, textiles o cerámicas hacen de este icono una supuesta deidad de mucha importancia.
El principal y único argumento que sustenta que el Tumi o cuchillo de Illimo representa a Naylamp es justamente el conocido mito de Naylamp, que para algunos estudiosos es una leyenda y para otros es una  narración.  Fue registrada por  dos párrocos dominicos: Don Miguel Cabello de Balboa en 1586,  que es la más extensa y el otro en 1782 por Modesto Rubiños y Andrade. La narrativa se  resume  en la llegada, vía marítima, de un personaje foráneo  con su séquito al área de Lambayeque donde se establece y forma una nueva dinastía (lo que no se ha podido corroborar arqueológicamente). Al morir el personaje, se miente a sus seguidores diciendo que le crecieron alas y que desapareció (algunos autores agregan lo suyo a la narración y dicen que Naylamp se fue volando al cielo). La narrativa continúa mencionando a doce descendientes y la tentación del demonio  en forma de mujer hacia un principal, con  quien  copula y sufre el castigo divino cuando le llega un diluvio de 30 días. Si analizamos esta narración fácilmente podríamos notar su contaminación con elementos judeo cristianos, con lo cual no intentamos desmerecer  dicho relato, simplemente es oportuno que el lector tenga una visión más  objetiva y crítica del  mito o narración de Naylamp.
Asociar un personaje mítico a una evidencia arqueológica no es tarea fácil y más aun considerando que los mitos desasocian la realidad de los hechos históricos, e indudablemente se distorsiona la interpretación objetiva del material cultural. Sin embargo algunos investigadores aplicando el método comparativo han encontrado elementos  que asociarían el mito de Naylamp con el Tumi o cuchillo de Illimo y toman como  principal argumento, la estilización de los ojos (en forma de alas de ave),  y como  Rubiños Andrade registró que  el nombre Namla significaría “ave o gallina de agua” pareciera existir cierta relación lógica; además, el Tumi tiene la nariz ligeramente aguileña y cuenta con  dos supuestas alas laterales , que si se observan diligentemente a estas protuberancias trapezoidales, no tiene el logro estilístico que si tienen las verdaderas alas representadas en la iconografía y que cuentan con plumas. Si el artista lambayecano obvió ponerle plumas es porque no hubo la intensión o premeditación de interpretar alas.




Para lograr interpretar objetivamente a este icono (Tumi) se le tiene que  observar como a una estructura filosófica andina (Pacha Yachay), que consta de elementos que se relacionan e interactúan entre ellos. Tal es así que si los separamos y los analizamos individualmente, notaremos que existe una coherencia y justificación del por qué el artista hizo una selección y estilización de cada  elemento. El conjunto o la estructura de todos estos elementos conllevarían a conceptos filosóficos de la vida y la muerte, que son opuestos complementarios y que se unen por el peculiar viaje en las oscuridades del inframundo. Se  trata de una concepción filosófica propia y bastante elaborada, como  resultado de un largo proceso evolutivo del pensamiento andino que se fue cualificando desde épocas formativas. En la cosmovisión andina, se considera que el  hombre, la tierra, los espíritus y todos los fenómenos naturales  son una unidad o un  “todo” que se relacionan perpetuamente, manteniendo una simbiosis y un equilibrio, al igual que un ser vivo.


Según la reflexión propuesta, El Tumi representa un paisaje  marino, donde el Sol cumple un rol  protagónico al representársele en el momento que ingresa al inframundo llegado el ocaso (considerando que el mar es la puerta mayor al mundo subterráneo). La forma antropomorfa es la representación del hombre que imita o sigue al sol en ese mágico  descenso. El personaje    requiere de todo lo indispensable   para su desplazamiento y se viste con atributos sobrenaturales que le permitirán un mejor desenvolvimiento en ese viaje: una máscara que le dará la facultad de poder ver en la oscuridad, aretes con imágenes de aves marinas con capacidad de ingresar al mar y posiblemente, lo que se ha interpretado como alas no sería sino un par de aletas para movilizarse en las extensas áreas acuosas del inframundo. Para el artista Lambayeque la justificación de  colocar un cuchillo como base, probablemente sea  por la cualidad de este instrumento de poder penetrar en un cuerpo, y es que el hombre al morir simbólicamente estaría introduciéndose  en el cuerpo de la tierra o pachamama.


MITO DE NAIMLAP
“...Dicen los naturales de Lanbayeque (y con ellos conforman los demás pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no saben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la mujer principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero ó Tañedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuidado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo estaua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenía cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las unciones, y color con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar Ál Señor Ollop-copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otos infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa.
Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á aportar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Faquisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entraron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auiendo andado espacio de media legua fabricaron unos Palacios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y palacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que consigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yampallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vassallos que tenia la muerte jurisdicción sobre el, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desaparecido. Fue tanto lo que sintieron su ausencia aquellos que en su venida lo auian seguido que aunque tenian ya gran copia de hijos, y nietos, y estauan muy apasionados en la nueva y fertil tierra lo desampararon todo, y despulsados, y sin tiento ni guia salieron a buscarlo por todas partes, y ansi no quedo por entonces en la tierra mas de los nacidos en ella, que no era poca cantidad porque los demás se derramaron sin orden en busca de el que creian auer desparecido…”
 Quedo con el Ymperio y mando de el muerto Naymlap, su hijo mayor Cium el qual casó con una moza llamada Zolzoloñi: y en esta y en otras concubinas tubo doce hijos varones que cada uno fue padre de una copiosa familia, y auiendo vivido y señoreado muchos años este Cium, se metió en una bobeda soterriza, y alli se dejo morir (y todo a fin  de que a su posteridad tuviessen por inmortal y diuina). Por su fin y muerte de este governo Escuñain a este heredero Mascuy, a este subcedio Cuntipallec y tras este governo Allascunti, y a este subcedio Nofan nech á este subcedio Mulumuslan tras este tuvo el mando Llamecoll á este subcedio Lanipat = cum, y tras este señoreo Acunta. Sucediole en el Señorio Fempellec, este fue el ulltimo y mas desdichado de esta generacion porque puso su pensamiento en mudar á otra parte aquella Guaca ó Ydolo que dejamos dicho auer puesto Naymlap en el asiento de Choc, y andando provando este intento no pudo salir con el, y a desora se le aparecio el Demonio en forma y figura de una hermosa muger, y tanta fue la falacia de el Demonio, y tan poca la continencia de el Femllep, que durmio con ella segun se dice, y que acabado de perpetuar ayuntamiento tan nefando comenzo a llover (cosa que jamas auian visto en estos llanos) y duro este diluvio treinta días á los quales subcedio un año de mucha esterilidad, y hambre: pues como á los Sacerdotes de sus Ydolos (y demás principales) les fuesse notorio el grave delito cometido por su Señor entendieron ser pena correspondiente á su culpa la que su Pueblo padecia, con hambres pluvias, y necesidades: y por tomar de el venganzas (olvidados de la fidelidad de vasallos) lo prendieron y atadas las manos, y pies, lo echaron en el profundo de el mar, y con el se acabo a linea y descendencia de los Señores, naturales del Valle de Lambayeque ansi llamado por aquella Guaca (o Ydolo) que Naymlap trujo consigo a quien llamauan Yampallec…”
                                                                                                  (Versión original de Miguel Cabello de Balboa 1586: 927 - 530)

2 comentarios:

  1. Faltas ortograficass :v

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  2. El autor copia el texto de esos tiempos. Con las reglas gramaticales actuales, uno puede decir que hay muchas fallas ortográficas.

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